El muy preparado historiador Horacio Rivara nos dice lo siguiente, luego de una buena introducción:
«La OMS asustó al mundo con un virus que decían era terrible, al mismo tiempo los medios comenzaron a mostrar falsas fotos de fosas comunes, de muertos y gente llorando, apelando al sistema emocional y no racional. Salvo Suecia, Taiwan e Israel, cuyos excelentes servicios de inteligencia (El SÄPO, la OSN y la Mossad) advirtieron el engaño, el resto del mundo se comió el amague.

El único Servico de Inteligencia Español efectivo, el Servicio de Inteligencia Naval, también advirtió a su gobierno del engaño, pero este hizo caso omiso.»

Horacio se equivoca al negar lo obvio, que es sencillo: la pandemia es real, los muertos son reales, el peligro es real.
Lo que también es real es que el peronismo está usando una verdadera calamidad para implantar el comunismo. Así, duro y directo: implantar el comunismo.

Continúa:
«En Argentina las gente, aterrada, confió en el gobierno. Este la privó de su libertad, anuló la Constitución, al poco Poder Judicial independiente, y al Congreso. Liberó a 6000 de los más peligrosos violadores y asesinos, en un contexto donde desparecieron casi un millón de armas enviadas al RENAR para su destrucción. Hoy están quebrando 300.000 empresas, medio millón de independientes pasarán a vivir de una tarjeta de Racionamiento. Para Julio-Agosto un sueldo en Argentina equivaldrá a uno Cubano o Venezolano medido en dólares o onzas de oro.
Excelentes profesionales de la Universidad de California han declarado, con pruebas, que este virus es muchísimo menos mortal que la Gripe Influenza Común. Pero la sociedad sigue anestesiada por sus secuestradores en un Síndrome de Estocolmo en gran escala. Supongamos que dos médicos pakistaníes de la OMS te dicen que estás enfermo y que te tienen que cortar ambas piernas para salvarte. Rumbo al quirófano otros dos médicos, de la prestigiosa Escuela de Medicina de la Universidad de California te dicen que no es necesario. ¿Te cortás las piernas, pedís una tercera opinión, confiás en los californianos? Te aviso que la vida sin piernas no es fácil.
A los argentinos ya nos cortaron una pierna, están por empezar con la otra y luego irán por los brazos. Todavía estamos a tiempo de parar esta locura.»

Es cierto que la peste china actual no es tan mortal como otras pandemias… pero este virus es mucho más contagioso y parece tener otras características tambien muy diferentes (parece mutar rápidamente, por ejemplo, lo cual parecería estar provocando recidivas: te contagiás, te curás… y te volvés a contagiar, aunqu esto no está aún comprobado).

El pestigioso filósofo, escritor y jurisconsulto Ricardo Rojas también niega lo que está ocurriendo, diciendo que él no ha visto personalmente a los muertos.
Yo tampoco vi a Lindbergh cruzar el Atlántico, ni a Firpo derribando a Dempsey; tampoco fui a la Luna con Neil Armstrong ni desembarqué junto a Colón en Guanahani en 1492…

No es joda. No es verso lo de las fosas comunes, al menos, no en USA: la Isla de Hart existe, y lo que pasa allí es real. No viene al caso citar aquí a las personas reales que uno conoce y que pueden dar fé de ello.

No tenemos que dejar que nuestra propia ideología de libertad y anticolectivista, nos empuje a decir o asegurar cualquer cosa, y menos bajar la guardia ante una amenaza viral real.
Tampoco podemos decir que no hay muertos porque no los vimos: eso es una necedad absoluta.-

Ya murió allá, en USA, más gente que en Vietnam.
O sea… no hablemos boludeces. No solo no suma nada, sino que resta seriedad a lo que está haciendo el peronismo hoy.