Estadísticas, muertos y comunismo

Mayo de 2020, a seis meses de la aparición de COVID-19 en China.

Existe un enorme cúmulo de experiencia en estadísticas y en calculo probabilístico. De hecho, hoy es posible entender rapidamente al menos de qué tratan estas ramas de la matemática: basta con cualquier teléfono conectado a internet y con acceso a Google.

Los números estadísticos que deberían GOBERNAR cualquier decisión respecto de COVID-19 conforman una ecuación muy compleja, con muchos términos, en la cual los números que reflejan el estado de salud de la población no pueden considerarse denominadores, sino que deben ser numeradores, y se los debe poner además en posición multiplicante, lo cual les confiere gran importancia… pero a pesar de eso, los parámetros de salud y la opinión de los médicos no son los únicos términos que generan un resultado o que deben marcar el camino a seguir en el actual corto plazo.

Sabido es que los integrantes del actual gobierno nacional y provincial desprecian la evidencia objetiva: eso es un dato de la realidad y no una mera opinión. Por ejemplo, el actual gobierno, en su anterior gestión destrozó el INDEC y ni siquiera medían los índices de pobreza, con excusas pueriles y tontas, propias de ese muy poco preparado sujeto que fue ministro de economía y que hoy gobierna mi provincia, Axel Kicillof. Por esas razones, han estado despreciando demasiados términos conocidos de esa muy compleja ecuación, tan compleja que hasta desconocemos su cantidad de incógnitas.

Cada vida es importante…
Segun los números que publica el gobierno, hoy ya hay unos 4000 afectados y unos 250 muertos. Reitero: Cada vida es importante… pero la cantidad de muertos es bajísima en términos estadísticos. Bajisima. Desde el gobierno nunca mencionan porcentajes relativos, y solo lo ha hecho el presidente, cuando dice que prefiere perder un punto porcentual del PBI y no un solo muerto más.

Sería bueno que el presidente entendiera que el porcentaje de muertes atribuibles con total certeza a cualquier aumento de la pobreza, dejará frente a todos nosotros muchos MILES de muertos por cada punto de ese PBI que él propone dejar caer; yo creo que lo sabe, pero por su orientación y formación, prefiere efectuar esa demagógica propuesta, consistente en orientar abiertamente al país a un mundo más primitivo, más pobre y más igualitario, con el Estado regulando todo: lo de Cuba o Venezuela. Sin atenuantes y en menos de un año.

Por eso, al día de hoy, seguir proponiendo una cuarentena cerrada sin evaluar la situación de nuestro país correctamente y con TODOS los términos disponibles, y no solo el consejo de los médicos, constituye una decisión que en lo político me recuerda a Jim Jones y la masacre de Guyana, pero con la idea de implantar el comunismo sin disparar ni un solo tiro.

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