Cuatro factores para evaluar la pandemia

Publicado el 4 de mayo de 2020, a poco tiempo del inicio de la cuarentena en Argentina.

Yo no vi en persona a Charles Lindbergh cruzar el Atlántico en su «Spirit of St. Louis»; tampoco vi en persona a Firpo lanzando a Dempsey fuera del ring, ni a Robledo Puch matando a sus 11 victimas; tampoco vi en persona la redondez de la Tierra.

Por razones que no vienen al caso, conozco de primera mano algunas cosas que hacen que yo no pueda negar, ni pueda minimizar lo que está pasando; conozco y reconozco el problema del COVID-19, y sé que HAY muertos, que HAY gente del grupo de trabajadores de la salud que han caído de modo fulminante, en especial, en nuestro cercano Hospital de San Vicente.

Al igual que a Lindbergh, Firpo, Dempsey y Robledo Puch, yo no los vi morir, no vi sus cadáveres (no está permitido) ni tuve en mis manos los certificados que avalan su muerte por COVID-19, pero sus nombres y sus caras (que vi en los medios y que ya no veré) más las acciones y decisiones de los profesionales de ese Hospital (según dicen, hoy renunciantes en masa) a quienes conozco y me han tratado, a mi y a mi familia, conforman entre otras cosas un cúmulo de información veraz y que no merece dudas:
1 – el virus existe,
2- es hiper contagioso cuando la carga viral es alta,
3 – puede ser mortal… y
4 – no hay vacuna.

Estos cuatro factores en conjunto conforman al menos UNA razón de enorme peso que explica la alta mortalidad dentro del rubro de los profesionales de la salud.
Por eso, dudar es un rasgo de inteligencia, hasta que ante una multitud de evidencias objetivas, dudar se vuelve una demostración de necedad, y más cuando yo mismo puedo estar dentro del grupo de riesgo, por mi edad y mis condiciones.

Habiendo dicho todo lo anterior, y si en lugar de basarse solo en los cuatro factores antes enunciados (el virus existe, es hiper contagioso sólo si la carga viral es alta, puede ser mortal y no hay vacuna), cuando se ha visto afectado solo un 0.088% de la población, cuando luego de un par de meses solo ha muerto el 0.0005% de la población, según números del propio gobierno,sostengo que mantener una cuarentena generalizada en lugar de estudiar mejor la situación, solo indica una cosa: acá, lo único se está protegiendo parece ser la gestión del propio gobierno.

¿Se contagia menos gente con la cuarentena, muere menos gente ? Por supuesto: en lugar del 0.0005% de los muertos actuales, unas 250 personas, cada una de ellas muy valiosa, podrían ser muchas más, como en los EEUU o en Italia o España… sin dejar de lado que, por ejemplo, los cuatro principales aeropuertos de los EEUU manejan 200 millones de pasajeros al año, lo cual acrecentó la difusión inicial del virus, mientras que los cuatro principales de Argentina manejan menos de 15 millones/año, y fueron cerrados casi al mismo tiempo en que disminuyo por precaución el tránsito en los aeropuertos norteamericanos.
En otras palabras, las estadísticas son mucho más complejas que los gráficos presentados por Alberto Fernández.

Pero recordemos estos cuatro factores reales: el virus existe, es hiper contagioso si la carga viral es alta, puede ser mortal y no hay vacuna.

En esos cuatro factores, solo dos de ellos son fijos e indiscutibles: el virus existe, y no hay vacuna.
Los otros dos también son indiscutibles, pero son MUY variables: es hiper contagioso si la carga viral es alta (lo cual está demostrado por los contagios y fallecimientos de personal de la salud y en barcos, geriátricos y otros ambientes confinados) y puede ser mortal, pero está demostrado que no siempre lo es, dependiendo ENORMEMENTE de la condición del paciente, entre otras cosas. Es más, en cuanto a la mortalidad, es mucho menos «potente» que otros virus similares.

Por eso no niego la utilidad de la cuarentena, pero su continuidad indiscriminada ocasionará -y ya está ocasionando- MUCHAS más muertes que el propio virus: tratamientos interrumpidos, visitas al médico suspendidas, diagnósticos no realizados, etc.Y ni hablar de las consecuencias del aumento de la pobreza, la liberación de criminales, etc.

Creo que la hora de la verdad se acerca.

Estadísticas, muertos y comunismo

Mayo de 2020, a seis meses de la aparición de COVID-19 en China.

Existe un enorme cúmulo de experiencia en estadísticas y en calculo probabilístico. De hecho, hoy es posible entender rapidamente al menos de qué tratan estas ramas de la matemática: basta con cualquier teléfono conectado a internet y con acceso a Google.

Los números estadísticos que deberían GOBERNAR cualquier decisión respecto de COVID-19 conforman una ecuación muy compleja, con muchos términos, en la cual los números que reflejan el estado de salud de la población no pueden considerarse denominadores, sino que deben ser numeradores, y se los debe poner además en posición multiplicante, lo cual les confiere gran importancia… pero a pesar de eso, los parámetros de salud y la opinión de los médicos no son los únicos términos que generan un resultado o que deben marcar el camino a seguir en el actual corto plazo.

Sabido es que los integrantes del actual gobierno nacional y provincial desprecian la evidencia objetiva: eso es un dato de la realidad y no una mera opinión. Por ejemplo, el actual gobierno, en su anterior gestión destrozó el INDEC y ni siquiera medían los índices de pobreza, con excusas pueriles y tontas, propias de ese muy poco preparado sujeto que fue ministro de economía y que hoy gobierna mi provincia, Axel Kicillof. Por esas razones, han estado despreciando demasiados términos conocidos de esa muy compleja ecuación, tan compleja que hasta desconocemos su cantidad de incógnitas.

Cada vida es importante…
Segun los números que publica el gobierno, hoy ya hay unos 4000 afectados y unos 250 muertos. Reitero: Cada vida es importante… pero la cantidad de muertos es bajísima en términos estadísticos. Bajisima. Desde el gobierno nunca mencionan porcentajes relativos, y solo lo ha hecho el presidente, cuando dice que prefiere perder un punto porcentual del PBI y no un solo muerto más.

Sería bueno que el presidente entendiera que el porcentaje de muertes atribuibles con total certeza a cualquier aumento de la pobreza, dejará frente a todos nosotros muchos MILES de muertos por cada punto de ese PBI que él propone dejar caer; yo creo que lo sabe, pero por su orientación y formación, prefiere efectuar esa demagógica propuesta, consistente en orientar abiertamente al país a un mundo más primitivo, más pobre y más igualitario, con el Estado regulando todo: lo de Cuba o Venezuela. Sin atenuantes y en menos de un año.

Por eso, al día de hoy, seguir proponiendo una cuarentena cerrada sin evaluar la situación de nuestro país correctamente y con TODOS los términos disponibles, y no solo el consejo de los médicos, constituye una decisión que en lo político me recuerda a Jim Jones y la masacre de Guyana, pero con la idea de implantar el comunismo sin disparar ni un solo tiro.