Quien Soy? - Guillermo Descalzo - Pagina Personal

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¿Quién Soy?

Quien es Guillermo Descalzo???
Muy sencillo: en la foto, el único que NO es oriental es Guillermo Descalzo
Quien soy?

O mejor, como dice mi amigo Tabaré Perez Díaz, del Uruguay...: ¿Quien creo que soy? Bien, soy un argentino nacido en 1960 -calculen mi edad, así no actualizo esta página todos los años- estoy felizmente casado y tengo dos chicos, una niña y un varón.- Vivo en la provincia de Buenos Aires, al sur de la Capital Federal de Argentina.- He cursado estudios formales en electrónica, telecomunicaciones y sistemas, pero debo considerarme un autodidacta en la mayoría de las cosas que hago.- Nunca dejaré de ser un aprendiz, como se le llamaba a los estudiantes de los colegios industriales argentinos cuando yo era uno de esos estudiantes, porque antiguamente esas escuelas eran llamadas "de Artes y Oficios" y para llegar a ser artesano de oficio, antes uno debía pasar por la etapa de "aprendiz".-

Bueno, más o menos eso soy yo, un eterno aprendiz, alguien que cree que con trabajo, esfuerzo, algo de paciencia y una pizca de suerte, todo llega.- El primer paso es proponerse las cosas, luego hay que estudiar y trabajar.-

Con ese sencillo método es altamente probable que los objetivos se logren.- Al menos yo no conozco otra forma de hacer las cosas.-

No soy un tipo humilde ni falsamente modesto; simplemente  soy alguien que se permite presentar lo que hace con un fin claro: intento que otras personas también se animen a hacer algunas cosas, quizá mejor de lo que yo las hago (ojalá!!!).-
Como dijo el científico y escritor Isaac Asimov, no hay que confundir la inmodestia con la sana autoestima...  Desde luego que una gran parte de lo que aquí cuento puede ser hecho muchísimo mejor de lo que yo lo hago, pero "soy lo que soy" y lo que usted ve en estas páginas es algo de lo que he podido hacer y de las cosas que se han podido lograr.- Una demostración de eso es el éxito alcanzado en la difusión de algunas cosas: cuando comencé a intentar promover por este medio -la internet- mi afición por la cohetería (eso fue alrededor de 1998), pensaba que podría considerarme muy afortunado si lograba interesar a algunas personas en el tema o reflotar el interés de otras...
Hoy puedo decir "Sueño Cumplido!!!"
Más sobre mi experiencia, aquí...
Un día cualquiera en mi oficina...
Decidí publicar esta humilde página para emular a otras personas que  antes que yo publicaron en internet sus  experiencias, gracias a las cuales pude notar que se puede llegar a hacer casi cualquier cosa que uno se  proponga.- Así comencé esta  página sobre cohetería, para que otros al ver mis  experiencias noten que "se puede hacer".- Me gusta compartir mis cosas y me gusta  impulsar a otras personas a hacer lo mismo.- Es mi deseo mostrar mis trabajos para animar  a otros a hacer lo propio: investigar, trabajar y aprender.- No estoy obligado,  por lo tanto, a publicar nada 'a pedido'.-
Dicho muy básicamente, vivo de mi trabajo.- No soy PARA NADA una persona de  fortuna económica, no provengo de una familia adinerada ya que mis padres  (Orlando y Neme) pertenecen a la casi desaparecida "clase media" que  otrora hizo poderosa a nuestra nación en lo económico.- De todas maneras, sin  tener fortuna puedo considerarme "afortunado" porque tengo una vida  feliz, relativamente tranquila y con un buen trabajo.- Mi paso por el negocio aerocomercial fue para mí una experiencia  invalorable.- Se aprende mucho.-
Mi primer ocupación en relación de dependencia fue en Austral Líneas Aéreas.- Me desempeñé en áreas de telecomunicaciones y microinformática: trabajé en proyectos del Grupo Pescarmona y tuve participación en negocios satelitales.- Luego trabajé en Aerolíneas Argentinas, siempre en áreas de  sistemas, hasta que comencé a trabajar en una red de cajeros  automáticos y software-house dedicada a brindar soluciones informáticas al  ambiente bancario, donde actualmente ocupo un puesto gerencial.-
¿Qué me gusta hacer?
¿De qué vivo, cual es mi ocupación fomal, mis intereses?...
¿Qué NO me gusta?

No me gustan las religiones ni las políticas populistas: no concibo que alguien crea que mediante el voto popular, queda habilitado para quitarle a unos y darle a otros, por la razón que sea.- No me gusta la gente que se cree liberal y lo justifica diciendo que 'en democracia cada cual hace lo que quiere' .  Menos aún me gustan lo personajes que disfrutan queriendo  "demostrar" que son superiores al resto de los mortales, empleando el baladí argumento de inventar sobre sus  imaginarios "rivales" supuestas indecencias, invariablemente  insostenibles y sin sentido.-

AdelanteSi otros hacen cohetes...Anímese Ud. también!!!

Breve relato de mi experiencia cohetera:
Quizá no sea mucho lo que uno ha logrado con esto de los cohetes, pero para mi ha sido una gran experiencia.- En el camino se aprende mucho y a veces se obtienen grandes sinsabores.- Por ejemplo, algunas veces tuve la enorme satisfacción de ver cómo algunos alumnos de escuelas secundarias aprendieron algo gracias a mis propuestas y en otras oportunidades he debido soportar que me acusaran de apropiarme de los logros de los demás (????). También han dicho que mis propuestas son "faltas de contenido"... En fin, hay de todo...
A lo nuestro: lo real es que en gran medida, llegué hasta acá gracias a mis abuelos...
Veamos cómo fue eso...:
Desde muy chico mi abuelo Emilio Rexach me había inculcado el amor por la ciencia y el conocimiento.- "El saber no ocupa lugar" era una de sus máximas.-
Para un chico como yo, que en una noche del año 1969 miraba sentado en la punta de la cama de sus padres cómo Armstrong sentaba sus plantas en la Luna, tener a mi abuelo Emilio Rexach hablándome de Flammarion y de Verne a la vez que me enseñaba a tocar el violín, casi al mismo tiempo que mi otro abuelo -Néstor Descalzo- me regaló un cohete para armar, fue una gran suerte.-
Aquel pequeño cohete estaba provisto de un motorcito descartable de pólvora negra –una especie de “cañita” voladora especializada, pero una “cañita” al fin- que debería llevar al vehículo a su máxima altura, quizá unos treinta o cuarenta metros.- Se suponía que, una vez alcanzado el punto de máxima altura (apogeo), debía desprenderse un paracaídas y todo el conjunto descendería a tierra.- La realidad fue que al alcanzar unos míseros dos o tres metros, el artefacto estalló en mil pedazos y se convirtió en un lindo recuerdo.- Ese fue mi primer  y poco auspicioso lanzamiento.- Aún conservo la ojiva plástica (la “nariz”) de aquel cohete.- Lo reconstruí y con el tiempo hubo un poco más de suerte con los motores y mis cohetitos comenzaron a volar... Cuando comencé el secundario abandone aquella actividad para centrarme en otros temas mucho más "mundanos".-
Pasaron los años (muchos, muchos), y un día de principios de 1997, luego de almorzar, caminaba con algunos compañeros de tareas por la avenida Córdoba, rumbo nuevamente a la oficina, algo atrajo mi  atención en una vidriera que estaba casi frente de mi lugar de trabajo: un pequeño cohete, prácticamente igual a aquel que mucho tiempo atrás tuve.-  
Con la auto-excusa de jugar con mis hijos -en especial con Agustín- lo compré.- No creo que mi esposa se haya creído la idea de jugar con los chicos, ella me conoce muy bien.-
Pero el asunto es que esta vez el nuevo artefacto funcionó en el primer intento, llegando a la maravillosa altura de unos ¡ochenta metros! (en mis libros indico cómo se calcula -aproximadamente- ese valor).-

Y así empezó esta historia, con un intervalo de más de dos décadas.-  La curiosidad 'picó' nuevamente y me puse a investigar, averiguar, a estudiar.- Me di cuenta que con esta actividad se pueden conjugar muchos afectos en uno, que es posible aplicar conceptos físicos, químicos, electrónicos e informáticos (entre otras actividades), y di comienzo al diseño y construcción de los primeros cohetes y motores enteramente hechos  en casa.-
Desde el principio, los resultados han sido diversos, y he ido avanzando muuuuuy de a poco, aunque de entrada mis primeros cohetes modelo me dieron grandes satisfacciones, con ascensos muy estables y descensos controlados con paracaídas.-
Con el tiempo, algunos de estos cohetes llegaron a alturas del órden de los cuatrocientos o quinientos metros, lo cual puede no parecer mucho, pero si pensamos que el Obelisco de Buenos Aires mide setenta y un  metros (y parece inmenso), la cosa cambia.-
Más adelante, y con modelos destinados a obtener estos resultados, he alcanzado velocidades de más de cuatrocientos kilómetros por hora y aceleraciones de unos quince a veinte g.-
Una vez que los cohetes funcionan y se ha aprendido lo fundamental, llegar más arriba es una cuestion principalmente de tiempo y de dinero.

Además, siguiendo un diseño básico llamado Taniwha Flight Computer, pude construir, programar y lanzar con éxito mi primer computadora de vuelo, dotada de un acelerómetro y un altímetro barométrico, con captura de datos para su posterior análisis en tierra.- Luego vinieron más sistemas electrónicos, el diseño de cohetes, motores, bancos de prueba... y se avanzó mucho.
En 2003 impulsé la creación de la ACEMA (Asociación de Cohetería Experimental y Modelista de Argentina) y en 2005 publiqué mi primer libro de cohetería. En ese mismo año (2005) comencé a colaborar mejorando el desempeño de motores cohete mediante mis bancos electrónicos de prueba para unos amigos y su emprendimiento comecial, dedicado a la fabricación de pequeños kits y motores para cohetería modelo; ese emprendimiento se llamó CondorTec, y cerró hacia 2012.-

Escribo esta actualización en 2019; en 2013 fui invitado por uno de los ex creadores de CondorTec a recomenzar -junto a otro socio comercial- un nuevo emprendimiento, llamado SkyTec, para reemplazar al malogrado negocio de CondorTec; hoy, los productos SkyTec (kits, motores descartables, servicios educativos y de lanzamientos) están en las mejores casas de modelismo de Argentina (ver imágen a la izquierda) y son muy solicitados desde el exterior; lamentablemente, en Argentina y para un emprendimiento muy pequeño, exportar es MUY difícil y solo lo hemos logrado en muy baja escala.
En ese mismo año -2013- obtuve en el Desierto de Black Rock (Nevada, EEUU) dos certificaciones en cohetería de alta potencia, extendidas por la sociedad de cohetería experimental más grande del mundo, es decir Tripoli Rocketry Assoc. (TRA). Para 2016 logré que la
ACEMA fuera designada como la primera delegacion (prefectura) de TRA en Sud América.

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